3/8/08

apunte para dirección

Texto que decanta desde la pieza breve de Tennessee Williams titulada “Háblame como la lluvia”. Inspiración sostenida en la trayectoria del tiempo en que fue leída y el tiempo en que fue propuesta. Negación de ver en la brevedad catalogada un episodio parcial de las miserias ciudadanas. Intuición arribada por preguntarse lo que resta entre la belleza acabada del texto del autor norteamericano y la impericia de las actuaciones logradas. Astucia por poner en el ruedo de la reflexión casual pos ensayo la intriga acerca del sentido sumergido, aún no avizorado en los parlamentos. Gratitud, registrada, a esos iniciales actores que prestaron voz de duda, ocurrencia y auto análisis, por dar y no dar sistemáticamente en la tecla de lo que mal anda en la escena. Visión primera del núcleo temático, lo roto el amor, como pareja impensable espeluznante del continuo encuentro desestimado por dos que, en un ritmo de síncopa, se hablan y son hablados por sus cuerpos que no renuncian. Necesidad que resulta ventajosa de escribir otro texto en base a la misma estructura interpretada.

Primero ví en fuga ese cuarto habitación cama ventana hacia el afuera. Las fuerzas sociales que hacen ruinas a los personajes. Un resultado sonoro y coloro.

Después ví qué de mí coló por el redil de ese objeto.

Sobre el final la respuesta: ¿Qué me gustaba de esta maravilla atormentada de Tennessee Williams?

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