21/7/09

transformar la herencia cultural



"Ya lo decían los franceses de la revolución de 1789: Igualdad, fraternidad, libertad. En ese entonces, y antes de que triunfara y fracasara para siembre aquella planeada y caótica insurrección, no todos los hombres eran ciudadanos con pleno derecho. Esa condición ausente describía a amplísimos sectores populares que eran vistos por sus opresores como brutos, vulgares y de ocios poco refinados. Hoy se sabe que la cultura que se tiene no se elije sino que se hereda. Aunque también se sabe que se transforma.

El gobierno de Brasil pretende reformar y transformar la ley que regula y compete a la cultura con un proyecto que incluye la promoción y subvención de emprendimientos artísticos culturales; contempla la rentabilidad económica de las iniciativas y dispone la accesibilidad de franjas históricamente apartadas del derecho a los bienes culturales de su entorno con una inversión de dinero para que 12 millones de trabajadores, ex indigentes, puedan consumir arte. En este marco de ley, la Bolsa Cultura con sus 50 reales (82 pesos) para gastar en libros, cines o teatro está pensada para romper con el apartheid cultural.

La relación del hombre con el arte no es de índole estomacal, eso está claro. Pero responde a la necesidad esencial de conocimiento del ser humano por aquellas verdades que le son necesarias. Tal vez este espíritu sea el que se ha colado en la letra de la ley. Y 12 millones de “felices” explotados vayan con su Bolsa Cultural a descubrir que el vacío de sus angustias es idéntico a la espesa niebla que oculta horizontes simbólicos mucho más amplios que aquellos a los que la miseria los condena. Ignoro con qué verdades se encontrarán estos brasileños de la Bolsa. Sea el que sea el beneficio para la nación entera, será mayor que la inversión en dinero que le habrá costado."


Laura Lago

Publicado en el diario Diagonales de La Plata,abril de 2009.

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