29/12/08

narrar, testimoniar, recordar



-->
Existe una dialéctica entre el objeto elegido (recortado, definido), las estrategias formales y creativas de producción y la matriz de recepción implícita que las obras promueven. En este sentido el qué y el cómo (la nominación y las formas artísticas concretas) aparecen como condicionantes de la reconstrucción histórica de los acontecimientos, la memoria implícita en las producciones del arte y la cultura de masas. Intentaremos pensar "Holocauto" y "Shoah" cruzándolas con
las posibilidades de memoria histórica que contienen.
El filme “Shoah” no fabrica una memoria documental estructurada en una historia sino que instala en el presente una mirada. No es relato de un pasado reconstruido en la memoria. No es monumento. Es, en todo caso, un objeto que da a ver en el presente lo que no se ve en el presente pero que está en él. El documento de un aquí y ahora. Lo que la Shoah sigue actuando. El acontecimiento viviente de la Shoah.
“Holocausto”, en cambio, hace un texto, un relato con lo que resta del llamado holocausto. Hace imagen lógica e histórica de una memoria que obtura la significación profunda de esos hechos. Realiza una pegatina de imágenes por sobre la hiancia (ese vacío imposible de decir), por sobre la fosa abismal que las cámaras de gas abrieron de una vez y por todas.Trabaja al nivel de las ruinas, de lo que queda inscripto en lo simbólico, lo que tiene resto para ser dicho y escrito. Lo hace en forma literaria, a través de una ficción, de un conjunto de representaciones en forma de story que aluden y reflejan una Historia. La serie pone al espectador en el lugar de la víctima y utiliza para eso todos los mecanismos de identificación emocional que el género melodramático provee. Pero ese es su límite formal. Como mecanismo psicológico, de liberación de las ideas relegadas al inconsciente, consigue con creces su cometido. El espectador logra hacer catarsis de un horror que la ficción propone como historia verídica. Por estructura, Holocausto nada puede decir de aquello que no cesa de no inscribirse, de aquello que es sin ser ruina, de esa ausencia de toda prueba, huella, registro imposible de ser transmitido aún por los sobrevivientes. Nada dice de aquella cancelación radical, planeada, inventada, del olvido sin memoria, irrupción de un negativo imposible de cifrar, lleno de ausencia, sin testigos ni huellas.“Holocausto” cuenta, narra, mientras que la “Shoah” necesita no mostrar para hacer obra con lo que retorna en lo real a consecuencia de lo que en el pasado fue cancelado, excluido sin pruebas ni vestigio alguno de la memoria de las cosas y los hombres.
"Shoah" da lugar a que el espectador se advierta de la capacidad tecnológica y psicológica de las sociedades modernas para perpetrar genocidios a una escala y a un nivel y con consecuencias psicosociales nunca vistas. El punto de vista del este filme de no ficción (un documental singular)deja para el espectador el lugar del testigo. Alguien que ve a otros que han visto, que han hecho; últimos protagonistas de una historia destinada a no dejar rastro. Ese fue el modo que encontró Lanzmann para crear y resguardar la memoria histórica. El director hace objeto de la ausencia totalizada, radicalizada. Da a ver la opacidad inabordable de aquello que nunca tuvo lugar. De aquello que fue destinado a no dejar rastro, no como dato secundario sino como esencial componente de la actividad exterminadora de la que evidentemente están preñados nuestros tiempos.

Hiancia: es un término científico utilizado en medicina para designar la abertura de la laringe. Es la traducción de un termino francés, una voz literaria anticuada que significa agujero o abertura. Lacan lo utilizo de varias maneras a lo largo de su obra, fundamentalmente para referirse a la ruptura fundamental entre el hombre y la naturaleza.(ver el término en el diccionario deEvans)

No hay comentarios: